Por Carlos Mastronardi

 

Incógnito eslabón de una cadena
cuyo extremo está siempre en el futuro,
animo ahora la infinita escena,
que requiere también actor oscuro.
Parte y razón de un orden que sustento
siquiera un día, como todo humano,
así me justifico y doy aliento
al mundo porvenir. No hay hombre vano.
Hoy me dejan los átomos dichosos
en la porción visible de la esfera,
donde respondo a fines misteriosos.
Sumada está mi condición precaria
al unánime plan, pues soy ligera,
fugaz burbuja, pero necesaria.

 

Tomado de: Molinos de viento Nº 49 (Boletín de Artes y Letras. Argentina-Enero 2023). (N. del E.).