Por Raiza Olivera

Acompañamiento a las madres que lloran hoy por sus hijos.

Si mis ojos mojados te detienen, no los veas, solo es el viento al pedir que sople tus velas y te lleve sano donde vayas. Que mi espíritu te colme de paz en los días más largos y las noches más frías, que te acompañe cuando desees volver. Son mis brazos para que yazcas, incluso a la sombra del no existir.
     ¡Hijo! Ve, ve sin miedo. Hazte el hombre más feliz. Y sea esta lluvia el cauce de mi seno, la que te guíe como una estrella a tu destino. Que tu destino se parezca siempre, al color de mis ojos cuando te miro.