Por Isabel Ricardo

 

Me sobrepongo a los versos medidos
de antiguas epopeyas o fracasos,
me atengo a la cotidianeidad poética
y en el lento caminar de las calles,
en las tardes vírgenes de tópicos,
desde los bancos del parque
miro los grandes y alegóricos murales.
Pienso en tu mirada gris,
tu mano acariciante,
creo disfrutar a tu lado
del viento en la arboleda,
el verde pulsante que nos rodea,
las hojas secas y susurrantes,
el lago prístino,
la luz de las estrellas,
las estaciones;
cada una con su color particular…
Todas… junto a ti,
son mi poesía.