Por Naizomi Getav

 

Me enamoré de un mirar,
de un par de hoyuelos,
del eco de una risa.

Me enamoré de una mano,
de una canción,
de una tristeza,
de una lágrima sin prisa.

Me enamoré de un enojo,
de una necedad
(¡hay mi madre, vaya necedad!),
de un buen humor,
de una pasión.

Me enamoré de un desorden,
de un andar,
de unos labios,
de un libro,
de un cabello,
de un lunar.


Me enamoré de una noche,
de un “nada”,
de una luna,
de una huerta,
de una alcachofa,
de un rezo,
hasta de un vacío.

Me enamoré de un instante,
de una  taza de té,
de lo absurdo,
del anís,
de una gota de miel.

Y después...
Me enamoré de ti,
de un corazón,
de un amor.


De: Los narcisos de Naizomi. (México, 13 de julio, 2023). (N. del E).