Por Leonardo Figuera

                           Para Maribel

 

Ella venía de caminar con los murciélagos
la noche repartía los caracoles
con la impunidad de un búho
se sabía cautelosa
de caderas rugientes
se sabía coloreada
de vientos de espinas
dejaba toda sonrisa amarrada al pavimento
y torcida de escombros
sembraba un surco de cucharas.

Ella venía de caminar
y dejar en la arena

los retoños que iban muriendo
entre las olas las carnadas de futuro se alejaban
para ser lanzadas con almas a la orilla
ella se sentaba a acariciar las aguas
a limpiar su virginidad
ella venía de caminar
yo de cuidar su isla.