Por Katia Chávez

        

La literatura es una herramienta poderosa en las luchas sociales.  No pocos han sido los escritores que se han involucrado en el mundo de la política por citar algunos: Alphonse de Lamartine, Ramón de Campoamor, precisamente porque han sentido la urgencia de expresar, exteriorizar algo que les ahoga.
     José J. Martí Pérez1 cuando hablaba de Withman le concedía gran importancia a la poesía y la sobreponía a la producción de bienes materiales, sustentaba la tesis que ésta enriquecía el alma para poder producir. Quizás pudiéramos remitirnos a José de la Luz y Caballero2 cuando dice: “La música es una lengua que va directamente al corazón, sin pagar la aduana del cerebro, como le sucede a la poesía”. 
     José Antonio Portuondo3 se refería a la poesía  en la literatura griega y dirige sus ideas a Tirteo y Solón como animadores del espíritu colectivo, hombres que con sus cantos rescatan a Salamina. Donde se expresa ese sentido colectivo de la vida y con el cual se transmiten a las nuevas generaciones costumbres, leyes y tradiciones de la comunidad.

     Al profundizar en nuestras raíces líricas retrocedimos buscando las primeras mujeres que se atrevieron a empuñar la pluma para alzar su voz y transformar así su función dentro de la sociedad.
     La tarea resultó bien difícil por la poca existencia de textos necesarios como precedentes para aquellos que deseen conocer sobre las letras en épocas remotas. Ganando en importancia cuando se entremezclan con la historia y más si forman parte del patrimonio literario de la provincia.
     Estas damas inauguraron el siglo XX en el arte de las letras en Matanzas y comprometieron sus voces con la literatura para hilvanar el camino de la mujer en la sociedad: Rosa América Cohalla Abhrantes, María del Carmen Villar Buceta, América Bobia Berdayes, Carilda Oliver Labra, Digdora Alonso y María Caridad Lavin Aguerrebere. Escritoras que comparten época, origen, fin.
     Se precisa en los momentos actuales, alimentar la espiritualidad que esta modernidad ha desterrado. Cuando se antepone la cultura misma y por sobre todas las cosas el mensaje que cada uno puede aportar.
     Partimos de una apreciación particular, la poesía emerge de esa necesidad orgánica espiritual, es una manifestación de expresión que se corresponde o no con cánones estéticos y puede o no trascender. Pero es una conexión del yo interior con el exterior de modo sintáctico enriquecida por recursos expresivos.
     En algún momento se pensó que el escritor entraba en algún tipo de trance o era poseído por alguien sobrenatural, llevando a su mente palabras mágicas. Por lo que es capaz de transmitir estados de ánimos y sentimientos, al margen de su belleza estética o su composición gramatical. Jorge Luis Borges4 trató este tema y apunta que no existe tal pureza de una obra, la grandeza radica en el diálogo con su público.
     Mujeres que se erigieron con sus obras para combatir el lugar que la sociedad les imponía, ellas son: Rosa América Cohalla Abhrantes, María del Carmen Villar Buceta, América Bobia Berdayes.
     Rosa América Cohalla Abhrantes: escritora, periodista, directora de revista, cantante, animadora y reportera de diferentes diarios. Postura digna en el Senado de la República y respetada en el Ministerio de Información.
     Nacida el 30 de agosto de 1909, bautizada en la Iglesia Parroquial de Colón el 9 de mayo de 1926. Hija de Manuel Cohalla, de Austria, y María Luisa Abhrantes Álvarez5. Señorita controversial y figura insigne dentro de la cultura colombina y  matancera del siglo XX, tristemente sus huellas se han  borrado con el paso de los años.
     Cuando hablamos de la obra poética de Rosa América encontrada, no profundizaremos en tecnicismos teniendo en cuenta el contexto, apreciamos poesía intimista con no muy alto vuelo poético, lírica que habla de amor. Vislumbran una mujer  capaz de expresarse por encima de convencionalismos sociales, palabras fuertes para publicar que conspiran contra la moral de la época.
     Su labor social por los desposeídos comienza entre 1936 y 1942 cuando realiza campañas sociales en favor del asilo de niñas huérfanas, organizando un comité femenino de Defensa Civil en apoyo a la República Española. Perteneció al comité de damas Pro-Núñez Desvalidas. En 1937 fue vocal de la Asociación Local de prensa6.
     Publicó sus primeras obras en Colón: Sortilegio de Amor (1938) y Mentiras de Amor (1941). Ya en 1943 colaboró con el periódico colombino “La Defensa” y aboga en favor del joven pintor local, alumno de San Alejandro, Apolonio Reyes, para que el Ayuntamiento le comprara un lienzo del Mausoleo colombino.
     Funda y dirige, en ese mismo año, la revista “Femina, que solo circuló en el año 1943 (publicación que nombró así con toda intención, sin tilde). Dedica a las señoras este material con información de los eventos trascendentes dentro de la localidad y promueve su inserción en la actividad social, obtiene logros como: La aprobación de plazas en la Planta Libertad (Industria conservera) de 836 puestos con sueldos de veinte pesos semanales, para las mujeres7.
     En 1944 se traslada a La Habana y publica: Diez poemas para ti. Se conoce además Romance del rojo clavel, escrito en prosa y verso e Historia de un sueño rosa, también en prosa y verso, pero se desconoce si fueron impresos.
     En La Habana escribe novelas que se convierten en guiones radiales como: Babiney y Una sombra en la noche8. iconos de novelas radiales que nuestras madres y abuelas escuchaban con devoción.
     Las lenguas audaces revelan que fue la musa inspiradora de Pedro Junco cuando escribió: “Nosotros”. No necesitaba ser musa para ser reconocida, trabajó incansablemente.
     En su correspondencia Pedrito le escribe el 14 de febrero de 1943: «Yo sigo perfectamente, gracias a Dios. (…) No me será fácil ir a Colón, no precisamente por mi salud»9. Lo que demuestra que existía una correspondencia, pero sus encuentros eran fortuitos.
     Rodrigo Prats musicalizó algunas de sus composiciones y realizó una gira por Los Estados Unidos, donde la soprano Lolita Pérez Moreno10 las cantó.
     Le otorgaron el Certificado de aptitud periodística el 18 de enero de 1944 en La Habana en la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling. El Colegio Nacional de Periodistas de la República de Cuba le otorgó el Título de Colegiado, como vocal de la sección de Literatura, el 25 de mayo de 1948 en La Habana.
     En octubre dl año 1952, viajó a España. Allí ocupó el puesto de Jefa de Despacho del Departamento de Asuntos Internacionales del Ministerio de Información enviada por el Instituto de Cultura Hispánica. Permaneció en ese país por varios meses y regresó muy enferma11.
     Recibió Medalla del mérito Scout del Consejo Nacional Scout de Cuba, también el título de Socia de Mérito de la Unión Demócrata Interamericana. El título de sobresaliente en Piano de Primer Grado Académico y sobresaliente en Solfeo y Teoría en la Academia: “La Virgen Milagrosa”.
     Resultó ganadora del Premio Varona por el mejor trabajo para el periódico “El mundo”, titulado: “El carácter cubano; la sonrisa” de la edición de abril. Este fue expedido en La Habana el 30 de julio de 1956.
     En 1957, ve la luz el poema “Resurement”. Algunos críticos se refieren a este, como su mejor obra.
     Rosa América Cohalla Abhrantes murió en La Habana el 1ro. de octubre  de 1957, a los 48 años.
     Las mujeres la escucharon, leyeron y hasta envidiaron porque tuvo el recurso poético más importante: el valor. Marcó el comienzo de la emancipación de las féminas, revolucionó las letras,  la literatura, el conocimiento… en esta zona.
     Analizando la obra poética que he podido rescatar, considero que no es de un valor artístico supremo, pero el coraje que la acompaña es lo que la hace única, y la intención de protesta es el reflejo de la inconformidad de la autora con su época. Lamentamos la ausencia en nuestras instituciones, como material de consulta.
     Voz femenina que por primera vez se escuchó, que iluminó la escritura en la región. Esta se esparció por los montes a modo de revista, avivó la pasión de las jóvenes y desató la venda que cubría sus ojos.

 

Bibliografía consultada 

1 Martí Pérez, José. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo II. (p. 132).
2 Sánchez de Bustamante y Montoro, A. Selección de textos. José de la Luz y Caballero. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1981. (p. 175).
3 Portuondo, José. A. Concepto de la poesía. Instituto cubano del libro, La Habana, 1972. (p. 47).
4 Borges, Jorge Luis. Páginas Escogidas. Fondo Editorial Casa de las Américas, La Habana, 2002. (p 102).
5 Tomado de Archivo Histórico Municipal: “Pelayo M. Villanueva”. Colón.
6 Tomado de Archivo Histórico Municipal: “Pelayo M. Villanueva”. Colón.
7 Tomado de Museo Municipal de Colón: “José Ramón Zulueta”
8 Tomado de Archivo Histórico Municipal: “Pelayo M. Villanueva”. Colón.
9 Tomado de Juventud Rebelde. La verdadera causa de la muerte de Pedro Junco. 21 de octubre del 2014 14:56:30 CDT. Edición Digital.
10 Tomado de Archivo Histórico Municipal: “Pelayo M. Villanueva”. Colón.
11 Tomado de Archivo Histórico Municipal: “Pelayo M. Villanueva”. Colón.