Por Lorena de la C. Hernández

 

Un día sábado fui con mis padres a un bosque muy hermoso a recoger algunas semillas para sembrar en el jardín de mi casa. Al llegar allí me quedé sorprendida al ver aquel deslumbrante paisaje. Lleno de mariposas blancas y rojas, de girasoles bien amarillos, de rosas y botones color rosado y blancos lirios; todas esas flores tenían preciosas hojas muy verdes. El cielo azul estaba acompañado por las nubes. Había también bellas aves e insectos, tales como el zunzún, tomando el néctar de nuestra flor nacional; la abeja, zumbando, y la mariposa, posada encima de la rosa.
     Luego regresamos a la casa caminando por la tierra fina y húmeda para sembrar todas las semillas que mis padres y yo recogimos. Fue un día maravilloso. Espero volver allí otro fin de semana.