Por José Martí
Quieres mis versos tener,
 ¿qué versos te ha de decir
quien queda con verte ir
 sin lira ya que tañer?
 ¿Versos? Pues con ser mujer
 y nacer de quien naciste
flor de estrella, verso fuiste
 delicado, casto, airoso,
 más que el cantar querelloso
 de un hombre pálido y triste.
 ¡Oh, lago! que apenas riza
 de mayo el terral primero,
 ¡y queda en ti prisionero
 del encanto que lo hechiza!
 No sabes cómo suaviza
 la vida recia, el hallar
 niña que sabe llorar
las penas propias y ajenas;
 vale más consolar penas,
 niña, que saberlas dar.
 No sabes qué deleitosa
 paz se esparce en nuestra vida
 cuando halla el alma vencida
 una niña pudorosa;
 cual mira la primer rosa
 el que vuelve de la guerra;
 cual si el misterio que encierra
 el cielo se abriese el bardo;
 ¡cual si el aroma de un dardo
 llenase toda la tierra!
 Y se me va ya el frescor
 de alba y el lirio pascual;
 y aquel hermoso rosal
 ¡todo gala y todo flor!
 Prendada de tu candor,
 mal su pena el alma doma;
 y cuando la vela asoma
 que ha de llevarte a otra tierra,
 ¡ay! ¡me parece que cierra
 sus alas, una paloma!
Tomado de Obras completas. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975, t.17, pp.187-188.
 
											 
   
  
 
						













