Por Hansrruel Aldana
Húmedo como tu ausencia
el mar me crece a la espalda.
¡Qué terco el mar! Nunca salda
su deuda con mi conciencia.
Pobre de mí sin la herencia
mojada de tu sonrisa,
hoy se me ha vuelto ceniza
todo el mar en la mirada.
El mar es una emboscada
sangrando por mi camisa.
 ¡Qué terco el mar! Otra vez
 toda su abulia me acecha.
 ¿De qué sustancia está hecha
 la sombra de su estrechez?
 ¿Donde irá a vivir el pez,
 cuando se evapore el mar?
 Tal vez comience a sangrar
 en un frasco incontenible.
 El mar es impredecible.
 Ténganle cuidado al mar.
 Ténganle cuidado al mar.
 El mar es impredecible.
 En un frasco incontenible
 tal vez empiece a sangrar.
 ¿Cuando se evapore el mar
 donde irá a vivir el pez?
 ¿La sombra de su estrechez
 de qué sustancia está hecha?
 Toda su abulia me acecha.
 ¡Qué terco el mar! Otra vez.
 Buenas noches. El cadalso
 ya está listo y mi mejilla
 es frágil como la arcilla.
 Voy a morir. ¿Cierto o falso?
 Hay mucho mar y descalzo,
 me paro de frente al mar.
 Está prohibido soñar
 y yo cargado de sueños.
 Cadalso y mar. ¡Cuan pequeños!
 Y yo me niego a callar.
 Buenas noches, soy culpable
 de ser feliz por un día.
 La vida es una alcancía
 horrísona, interminable.
 La vida es tan inestable
 como el mar, hondo y amargo,
 que tiene un sueño del largo
 del tiempo, oculto en su vientre.
 El día que el mar me encuentre,
 voy a morir por encargo.
Con esta composición este autor obtuvo el 1er premio en la categoría de “décima libre” el Concurso Nacional de Décima Escrita “Eloísa Álvarez Guedes” 2023. (N. del E.).
 
											 
   
  
 
						













