Por Rafael Alcides
El día más solitario del mundo
será el de tu muerte.
Después, resignación;
después, costumbre,
y olvido después.
Incluso el olvido de ti mismo.
Pero, qué solitario, qué soledad
tan grande, ¡válgame Dios!,
la de ese primer día.
De Nadie (Editorial Letras Cubanas, 1993).