Por Pepe Sánchez

 

CUM LAUDE

                         Para Iris

              Aparta tus ojos de delante de mí,
              Porque ellos me vencieron.

                (Cantar de los Cantares 6:5)


Te he cantado en hexámetros que el mismo
Virgilio alabaría. Tanto llamo
por ti en las noches, que eres como un ramo
de sulamita y mi mejor abismo.

Mi cuerpo, en el gimnasio, ha renacido
en el duro ejercicio de la espada;
he probado en las artes todo y nada
por encontrar razón de lo vivido.

Cuando más listo me he creído, menos
busco y encuentro y más de lo nombrado
hay en tus ojos, como un mar de estrenos.

Los años forman cerco en una lenta
marcha hacia nuestra Ítaca y lo amado.
Y así este tiempo de otros tiempos cuenta.

ALL YOU NEED IS LOVE

                   (Los Beatles)

                   Ut meus oblito pulvis amore valet.

                        (Propercio, Elegías, I, 19)

                  polvo serán, mas polvo enamorado.

                          Quevedo


Si de verdad voy a morir contigo,
sea frente a los muros de Numancia.
Que en nosotros no quede más constancia
que el corazón, y un cielo como el trigo.

No dejes que este viento que yo sigo
golpee del lado norte nuestra estancia.
Yo necesito andar con tu fragancia
izada al mástil del amor que abrigo.

Prefiero estas palabras sin alardes,
que son lo que hemos sido en otras tardes.
Pero a mí me parece un mar profundo.

Ya ves, te ofrezco a ti lo que es mi mundo,
el corazón que tengo y no se vende
y un navegar que nadie más comprende.

 

YO Y EL OTRO

                  Debo fingir que en el pasado fueron
                  Persépolis y Roma y que una arena
                  Sutil midió la suerte de la almena
                  Que los siglos de hierro deshicieron.

                             Jorge L. Borges


En las márgenes vagas de tu día,
seas de Roma o Persia, se desploma 
tu vida en vana sombra que se asoma,
y escrita en ardua lucha y en porfía.

Entre el hombre que a Borges le mentía,
y el otro que dispone del idioma
como un Aleph, un sueño, una maroma
del tiempo que arde en otra Alejandría.

El mismo Minotauro frente a un mismo
laberinto. Las Furias del acoso
que dejas de mirar con heroísmo.

Tardes que salen a la luz, destrozo;
tercos cantos vestidos de fantoche,
una paz que no es lumbre ni es la noche.

 

EL AJEDREZ Y EL ARTE
   (Cf. el libro de Jonás.)

                Ya somos el olvido que seremos.
                El polvo elemental que nos ignora...

                          Jorge L. Borges


De culta Creta a la alta noche en Samos;
la flor de Coleridge, el otro sueño;
despertar en La Paz y ser porteño.
El mar de Galilea en que rogamos.

La furia de los Vikings donde estamos;
huir de la inculta Nínive, al empeño
del ajedrez y el arte. El Hado, el ceño
y el escudo de Esparta que buscamos. 

Ya somos el olvido que seremos.
De Simbad el Marino, al rigor presto
de bárbaros y fieles a deshora.

Con los ojos que miras nos leemos
también en la Escritura. Y queda de esto,
el polvo elemental que nos ignora...

 

EL TURNO DEL JUGLAR


Cada vez más sospecho del que gana;
voy al torneo porque necesito
que se escuche mi voz, lo que recito
desde las graderías de mañana.

No soy el guía de esta caravana,
pero el sur me acompaña como un mito
del azar. Sé que soy parte de un rito
en que sufres y toda fuerza es vana.

Solo espero ganar con lo que pierdo;
de frente caminar hasta el pasado,
llevando de la mano un desacuerdo.

Guardar en mi memoria lo no dado,
el Jordán de mi fe, y algún recuerdo,
una voz que el poder no haya manchado.


De: Memorias de un gladiador. (Ediciones Mecenas, 2024).