Por Elizabeth Alvares           

        A  Orly  in memoriam

       No tengo candelabros en mi cielo

                         José Sánchez

 

¿Por qué estoy aquí mi padre, al que amo?
No tengo candelabros en mi cielo;
es la tormenta y no tengo reclamo,
con tanto que dar y mucho recelo.

Y es que mis hijos, las luces aguardan
y tú, padre,  poeta sol por tenerme      
y madre entre lunas gime por verme.  
Y yo, que las horas luz se ablandan.

¡Ay, señores, qué ocaso en este día! 
Se me olvidó traer un candelabro 
para conciliar todo en mediodía.

Repaso, cuando mi tiempo rendía
no descifraba tal cuento macabro,
Solo era hechizo; esgrimir la poesía.

 

Hágase la luz

               Sea la luz; y fue la luz.

                    Génesis 3

Hágase la luz
dijo una sombra,
una de esas que se velan
para decirte las exactitudes,
indiscutibles mentiras fatales,
inaplazables noticias de última hora.

Y no es que no crea en ellas;
pero la burla es un mal arraigado
en las que delinquen
como pecados capitales.
esas, las que labran
cual resquebrajaduras imprecisas,
como fieras embravecidas.

Y es que Dios ya hizo su parte:
“Hágase la luz.”

Nosotros, los hijos de la penumbra,
importunamos demandando.

 

Los doce candiles

              A Flor Celeste

 

Y ella se movía con sus doce candiles
en medio de la carretera;
como un apunte surrealista
alumbraban bajo un sol abrasivo
sin combustible ni mecha,
sin esos hedores de humo de los años
de un período tan excepcional
como el tizne en los orificios nasales.

¿Qué nos diría Florence Nightingale
de su tocaya Flor invadiendo un espacio
reservado para coches de caballos y turistas?

Florence, la dama de la lámpara, repartiendo
alivio y vendas tras el paso de una guerra.

Flor, repartiendo candiles, a los estómagos
débiles para las noches de la época.

 

Con este conjunto de poemas el autor obtuvo Premio en el Concurso “Zenón Rodríguez” 2021, convocado por la Casa de Cultura Habarimao, de Cumanayagua, Cienfuegos, Cuba. (N. del E.)