Por Jesús Paz

En 1982, El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) estableció el 18 de abril como Día Internacional de los Monumentos y Sitios, y la UNESCO lo adoptó durante su 22da. Conferencia General. Cada año se propone un tema; en el 2021 invita a reflexionar, reinterpretar y reexaminar las narrativas existentes.

En este trabajo queremos rendir homenaje a este día, mediante la socialización de un exponente que clasifica como patrimonio construido, pero no es un majestuoso edificio;

es un conjunto de construcciones civiles que, a pesar de tener un alto valor patrimonial, yacen prácticamente olvidados en las montañas del Guamuhaya. Se trata de los caminos de piedra, que según la tradición oral, fueron construidos a partir de la década del 40 y casi toda la segunda mitad del siglo XX.

Es un tema del que se ha estudiado muy poco, pero sabemos que se crearon con el desarrollo cafetalero. En la zona de El Nicho, por ejemplo, cuentan que cuando don Nicolás Castaño y Capetillo construyó la despulpadora de café, también construyeron todo un entramado de caminos por esas montañas para trasladar el café de la finca de los productores hasta la despulpadora y de esta industria hasta los almacenes de Cumanayagua y Cienfuegos para su comercialización.

Cuentan los vecinos más viejos de este territorio, que Castaño contrató a un tal Feliciano, un gallego que había traído de la Península los saberes para ejecutar este tipo de trabajo. Este hombre se convirtió en maestro popular de este paradigma de obra, y enseñó a otros campesinos que decidieron aprender y trabajar al servicio del acaudalado latifundista.

Feliciano y sus hombres empedraban dos tipos de caminos: uno estrecho, que era para mulos, y otro ancho para carros. De esta forma, en tiempos de cosecha, ni los mulos ni los camiones se atascaban en el fango por la humedad de estos caminos, debido a las abundantes precipitaciones que caracterizaban estas montañas.

En toda la geografía montañosa se encuentran estos senderos, testimonio del desarrollo cafetalero de aquella época. Estos caminos eran parte de la infraestructura del binomio agricultura-industria del café; además, jugaban un papel muy importante en el mundo sociocultural de los campesinos, pues eran sus vías de comunicación.

 Podemos decir que, ya con más de 80 años, muchos de estos caminos están intactos; pero una buena parte ha sido destruida por la mano del hombre y otros por la furia de la naturaleza. Muchos de ellos, ya sean anchos o estrechos, pueden evaluarse para ser restaurados y algunos explotados como senderos de ecoturismo como en El Nicho, que después de la cascada hay varios metros de uno de estos caminos en perfecto estado de conservación y es utilizado para el turismo ecológico.

Por la importancia histórica que tienen estos caminos, debían ser conservados y restaurados dondequiera que se encuentren, como parte de la memoria histórica, para ser socializados y que las nuevas generaciones los reconozcan como elementos de identidad de las comunidades donde se encuentran.

Fuentes consultadas:

undefined

undefined

Testimonios de:

Jesús Reyes Díaz

Cristóbal Villalobos González

Ramón Paz Yera