Por Claudia Teresa Cabrera

Ágil cuerpo sumergido
en la linfa encarcelada,
es mariposa que nada
hasta divisar su nido.
Y después de concluido
noble reto, y desovar,
se anima para besar
las flores de mi batey
y con trazo de su ley
vuelve feliz a volar.

Entre dos arroyos vi
esa luz de amaneceres
y adornos de atardeceres
reflejando el carmesí

Por Orlando V. Pérez

Como presa del autismo
(callado, sin maldecir),
¿qué hacer para digerir
este extraño cataclismo?
Es el borde del abismo,
es la maldita frontera,
y la sombra, como estera
interminable me acecha
como si estuviera hecha
de dolor, la carretera.

Por Yusbiel J. León

Aquí estoy hollín de etapas
Que no sé bien si he quemado;
De lo que fuera, mejor,
De lo que no he sido, algo;
Deshilándome estos días
Que de tejerme no acabo,
Pero que sin darme cuenta
Invariablemente gasto.
Toco con mis manos duras
Un corazón que está blando
(El tiempo de tantos sustos
Nos lo va poniendo manso).
Vuelvo a mis horas primeras:
Sin guante en el pelotazo,
El primero de la clase,
El último en el escándalo,
Las ganas de carpintero
En el abuelo del casco
(Se me fue antes de explicarle
Que a huérfano no me adapto)
Pero en fin la realidad
Me trae al pasar los años
A este mapa sin escalas
Que me duele en los zapatos
Y me anda hurgando en el pelo
Con cierto capricho blanco,
Para decir que el principio
Ya está mucho más lejano.

Por Nélida Puerto

Si me pudiera sentar
sobre el tiempo, con mi arcilla,
golpearía la mejilla
que no han podido golpear
y podré entonces mostrar
aquellos brazos marinos
deslizándose felinos
para tener en la frente
de mutilada corriente
los más intensos caminos.

Por Nélida de la C. Puerto

Un destello de luz en la avenida

me ha llegado directo al corazón,

se me arruga la faz, no la emoción;

la angustia no se escapa con la huida,

es joya para el dedo de la vida

y el sendero confuso de otra Era.

Puede ser el otoño primavera

si el invierno florece de placer.

Bendigo ese lugar donde al caer

me seduce la fibra de la espera.

 

Con esta décima la autora obtuvo Premio en el Encuentro-Debate Municipal de Talleres Literarios (Cumanayagua, octubre 2021). (N. del E.).

Por Airan Morales

Cuando encontré este lugar creí que esas malditas cosas no me hallarían; la tranquilidad no es eterna, tarde o temprano tendré que abandonarlo todo e ir en busca de seguridad. Pensé que este sería el lugar indicado para tener descendencia. Parece que fue ayer cuando mis crías correteaban por todos lados devorando el vital líquido que fluye por túneles subterráneos.

De hecho, así es. Pero de nuevo gigantescos seres con cuatro garras afiladas arrasaron lo que hace tres días llamé hogar. De manera que no me queda otra alternativa que saltar con mis seis patas y alejarme lo más posible a otro lugar, lo cual sería inevitable. Por suerte, para mi especie hay millones de sitios mejores nombrados perros.

Con este cuento el autor obtuvo Mención Especial en el Encuentro-Debate Municipal de Talleres Literarios (Cumanayagua, octubre de 2021). (N. del E.).

 

Por Reynaldo de la C. Fernández

JOSE ORIOL GONZALEZOriol es el teatro. Nada escapa de su praxis de hombre conmovedor. Golpeado y bendecido al unísono, en una suerte de exorcismo mefistofélico. Es un libreto inconcluso de Grotowski. Una invocación al drama y la comedia, de una vida apasionada. Como el Ave Fénix, una y otra vez desde las cenizas. Como Hamlet, existencialista entre ser y no ser;  escéptico, entre no ser y ser. Como Brecht, a veces distante en un mundo ambivalente de altibajos, pero cálido e involucrado en la cercanía, como Stanislavski. Un híbrido lorquiano. Una bufonada de Molière. Oriol es teatro puro, inmaculado, irreversible. Una mezcolanza  de personajes indefinidos que hacen delirar a los amigos que le han tocado de cerca, en historias de amores y desamores. Tal vez relegado en su condición municipal, pero temerario en la pelea contra el olvido y el prejuicio intelectual. Su historia no cabe en una viñeta. Pero me arriesgo a perecer en el intento.

Por Mayda Palazuelos 

Los amantes son los mismos; solo que ahora sienten que ese acto es más tierno; las caricias son más suaves, sentidas en ambos cuerpos.

Ella palpa su mano zurda como regodeándose cuando le acaricia suavemente la enrevesada melena. Mientras eso sucede, la leona une su cuerpo al de su amado y le lame todo el pecho con su lengua suave y tibia. Ambos, totalmente desnudos: sus ropas han rodado  por cualquier esquina del colchón, vestido con sábanas blancas.

El amante zurdo tiene la piel muy perfumada: un perfume masculino hecho de celos, distancia y espera; ardiente perfume, exquisitas hormonas. Ahora él se regodea en repasar las manos por la ondeada melena de su leona, aún soñolienta; pero, dulcemente enamorada, lo besa.

Los dos susurran y se aproximan tanto, de una forma tan cómoda, que los cuerpos se funden, cual si fueran uno, en el fiero y tierno acto de la cópula.

Por Nélida de la C. Puerto

Hay quien piensa que el silencio es un infierno.
Yo creo en él,
gracias a su culto he conquistado el polvo,
las ruinas de mañana,
puedo remover con un sorbo la eternidad,
hago declinar la limosna de la inspiración
cuando el cielo subyuga la alcoba de los imposibles,
he conquistado el arco iris de tu presencia.
Náufraga de un sueño, busco chalupas de retorno
ante la tarde que ojerosa despliega su abanico
para contemplar despavorida
el chasquido de las horas,
el rugir de los meses,
la explosión de los años,
el sismo de la vida.

Con este poema la autora obtuvo Premio en el Encuentro-Debate Municipal de Talleres Literarios (Cumanayagua, octubre 2021). (N. del E.)

Por Pepe Sánchez

Los antiguos cantaron en sus sagas
innúmeras batallas, laberintos
y epopeyas y túmulos ya extintos,
formas del tiempo que parecen vagas.

La referencia siempre trae plagas,
y la etimología y los instintos
ponen a dialogar, entre distintos
mares, el mismo idioma en que naufragas.

Grabados en el bronce, o sobre el hombro,
pasto fueron ayer de la herejía,
que ni el viento recuerda ni yo nombro.