Por Ana L. López

 

Hay noches en que despierto despavorida gritando: ¡maldito, maldito! Y al cabo de unos segundos enciendo la luz y me pregunto, a quién se lo dije. No recuerdo nada del sueño, o quizás no fue un sueño sino la realidad sucia y terca que me acecha, que se aglomera en forma de gritos o alucinaciones. Maldito puede ser un préstamo bancario, un revendedor de pan, un día de lluvia intensa; maldito puede ser ese que te sonríe a diente pelado y que crees conocer, maldito suele ser el chicharrón que te rompe el diente, pero más lo es el deseo de comerte el chicharrón y no tener un centavo. Maldita es la necesidad, la culpa, la ansiedad, las enfermedades, la envidia; maldito es ese momento en que despierto sola sin un abrazo en medio de la noche. Al encender la luz y detener mis pensamientos negativos, digo, si no soy capaz de colgar los guantes entonces trataré de verle el color a la rosa, porque de espinas ya tengo marcas. Me quedo fija en un punto inexistente en la pared y sonrío; bendito sea mi despertar, digo, benditos sean los besos robados, benditos sean los locos que lanzan música y letras, la sonrisa de un niño, bendito sean los colores, la sal, bendito sean los abrazos sinceros, el te extraño, la llamada inesperada, la medicina, benditos sean los buenos corazones, bendita la persona que vence su ego, la fuerza para mantenerse en pie en este convulso milenio;

HansrruelPor Hansrruel Aldana

¡Miren qué tengo en mis brazos!
Es como un trozo de cielo
que me sirve de consuelo
para enderezar mis pasos.
Niño pintado a retazos
en medio de mi camino,
para ver cómo germino
desde el alma a la raíz.
Hoy sí me siento feliz,
porque nació mi sobrino.

Miren su cuerpo pequeño
recostado sobre mi alma.
Parece un soplo de calma
en mi corazón risueño.
Ya se me cumplió otro sueño.
Hasta por dentro sonrío:
me vio y destrozó mi frío
solo con una mirada,
y lanzó una carcajada
diciendo: "¡Lindo mi tío!"

Por José Ángel Buesa


Yo andaba entre la sombra,
cuando como un fulgor
llegaste tú de pronto
con el último amor.
Pero bastó un efluvio
de antiguas primaveras
para reconocerte,
para saber quién eras.

Y eras la misteriosa
mujer desconocida,
que entristeció de ensueño
lo mejor de mi vida.
La de las tardes grises
y los claros de luna,
la que busqué entre tantas
y no encontré en ninguna.


Y hoy tal vez como un premio,
tal vez como un castigo,
lo mejor de mi vida
será morir contigo.

Por Olga L. Martínez

 

Una ilusión,
es como una
piedra.
Si no aparece
quien
la patee,
se queda
en su sitio
para siempre.

Amaso la tierra
y aún no
subo al
árbol que sembré.

De los frutos
quedan
pocos.

Por Yanetsi Pino

 

Mi madre es una semilla
dura
fértil,
nunca sierva
nunca necia.
Las aguas
donde se esparcen mis huesos,
medida
y desorden,
casa e historia.
Corona sobre mi cabeza.

 

 

Por Ana L. López 

 

Puente, abismo, abrazo, mar, clavícula, flor, burro, mujer. Nombrar las cosas importantes siempre resulta, más cuando estás en medio del fuego sin una brecha, solo humo, ardor, ardor. Cuántas veces me salvé del puente, logré cruzarlo sin mirar el abismo. El abismo que es bueno dando abrazos. Nunca quise que me abrazara el mar, traicionero me agarró de espaldas y rompió mi clavícula, apenas pude defenderme. Las olas son como flores con espinas, no hay de dónde aferrarse. Un burro quizás caiga de un puente por pura estupidez, o al abismo y se deje abrazar por él, por el mar, o por todas las burras, pero el burro es amigo. Un burro puede salvar a una mujer y entonces es menos burro, y la mujer menos estúpida. Subjetivamente la flor que estaba, no en la clavícula, se convierte en mar, en abismo, puente por donde puede cruzar el burro, y la mujer agradece de corazón el abrazo. No siempre las cosas importantes se relacionan, o se entienden. Si usted no lo entiende es burro, aunque sepa de mujeres, de flor, de abismos, puentes, clavícula o abrazos. Tenga en cuenta que temo al mar, que estoy en medio del fuego, y tuve un amigo, no debe entender el resto. La mente es un abismo, todo lo demás arde.

Por Manuel Díaz Martínez

 

Una extensión de tierra,
un arco de costa, un mar,
unas casas, unas calles,
tres o cuatro ríos,
sin régimen de lluvias,
un jardín, unas montañas,
algunas frustraciones
y quizás una utopía,
un guiso, una canción, un árbol,
una historia en parte emocionante,
una manera de decir las cosas,
los padres que van envejeciendo
en un patio de provincia,
acaso también unos hermanos
que completan la saga familiar,
y unos amigos…

Eso y algo más es patria
si cabe ahí la libertad.
Si no cabe yo prefiero
morirme de distancia.

 

 

Por Ulices Trujillo

 

Caminaré en tus olas cercenadas,
Sobre las grietas, aves y caminos
Y un vientre de tacones asesinos
Devolverá la luz, las madrugadas.

Ondulantes banderas mutiladas
Amanecen de nuevo en los balcones
Y en un grito de guerra los gorriones
Llenan de vida todas las fachadas.

El árbol triste, el rocío condenado,
Esta cuidad perdida en su reflejo,
El tornasol silencio derrocado...

Un zapato que muere en el cortejo,
Claxon, risas, secreto revelado...
Y esta canción ahogada en el espejo. 

 

 

Por Pedro O. Silva


           La nostalgia es el amor perdido del hombre.
                   

                                 Yasik Luaces

Soy Hermes
antiguo cazador
vengo a desnudarte  incienso
no traigo trampas
maletas
no traigo más revólver que mis dedos
más arco que tu lengua
Dejé mi lanza en los albatros
y te invoco como estufa sin carne

Yo desafío la noche con un pedazo de almohada
vengo de raíces y hambre
ellos beberán mis nostalgias
tú perdonarás los alaridos sueltos en tu pelo
arañarás los lentes con tu boca
Estoy harto de venados y jabalíes
los sueños que tiramos al cansancio

Por Lucio Pérez


       ...Caminante son tus huellas
            el camino y nada más.

             Antonio Machado


Déjame descifrar el camino
gravitando en la memoria,
mitigar la sed de las pisadas
que dejan huellas en el polvo.
Un rasgo no es suficiente
para cada rostro.
Las manecillas colisionan con el tiempo
que se escapa burlón
sobre cada pisada.
Las hormigas devoran la última miga;
Cronos percibe la inocencia.
En tanto miro en la distancia
la postrera huella de mis pasos.