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Por Lucio Pérez
        ...Caminante son tus huellas
            el camino y nada más.
Antonio Machado
 
Déjame descifrar el camino
 gravitando en la memoria,
 mitigar la sed de las pisadas
 que dejan huellas en el polvo.
 Un rasgo no es suficiente
 para cada rostro.
 Las manecillas colisionan con el tiempo
 que se escapa burlón
 sobre cada pisada.
 Las hormigas devoran la última miga;
 Cronos percibe la inocencia.
 En tanto miro en la distancia
 la postrera huella de mis pasos.
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Por José Ángel Buesa
Yo andaba entre la sombra,
cuando como un fulgor
 llegaste tú de pronto
 con el último amor.
 Pero bastó un efluvio
 de antiguas primaveras
 para reconocerte,
 para saber quién eras.
 Y eras la misteriosa
 mujer desconocida,
 que entristeció de ensueño
 lo mejor de mi vida.
 La de las tardes grises
 y los claros de luna,
 la que busqué entre tantas
 y no encontré en ninguna.
Y hoy tal vez como un premio,
 tal vez como un castigo,
 lo mejor de mi vida
 será morir contigo.
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Por Marta Vázquez
Con mis manos quiero
 acercarle el sol
 y perfumar su voz
 para que no calle.
 
 Quiero compartir la luz
 que su pupila guarda.
 
 Y con arpegios de su lira
 dibujar el viento que lo abraza.
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 Por Hansrruel Aldana
Por Hansrruel Aldana
 
¡Miren qué tengo en mis brazos!
 Es como un trozo de cielo
 que me sirve de consuelo
 para enderezar mis pasos.
 Niño pintado a retazos
 en medio de mi camino,
 para ver cómo germino
 desde el alma a la raíz.
 Hoy sí me siento feliz,
 porque nació mi sobrino.
 Miren su cuerpo pequeño
 recostado sobre mi alma.
 Parece un soplo de calma
 en mi corazón risueño.
 Ya se me cumplió otro sueño.
 Hasta por dentro sonrío:
 me vio y destrozó mi frío
 solo con una mirada,
 y lanzó una carcajada
 diciendo: "¡Lindo mi tío!"
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Por Ana L. López
Puente, abismo, abrazo, mar, clavícula, flor, burro, mujer. Nombrar las cosas importantes siempre resulta, más cuando estás en medio del fuego sin una brecha, solo humo, ardor, ardor. Cuántas veces me salvé del puente, logré cruzarlo sin mirar el abismo. El abismo que es bueno dando abrazos. Nunca quise que me abrazara el mar, traicionero me agarró de espaldas y rompió mi clavícula, apenas pude defenderme. Las olas son como flores con espinas, no hay de dónde aferrarse. Un burro quizás caiga de un puente por pura estupidez, o al abismo y se deje abrazar por él, por el mar, o por todas las burras, pero el burro es amigo. Un burro puede salvar a una mujer y entonces es menos burro, y la mujer menos estúpida. Subjetivamente la flor que estaba, no en la clavícula, se convierte en mar, en abismo, puente por donde puede cruzar el burro, y la mujer agradece de corazón el abrazo. No siempre las cosas importantes se relacionan, o se entienden. Si usted no lo entiende es burro, aunque sepa de mujeres, de flor, de abismos, puentes, clavícula o abrazos. Tenga en cuenta que temo al mar, que estoy en medio del fuego, y tuve un amigo, no debe entender el resto. La mente es un abismo, todo lo demás arde.
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Por María Rosa Martítnez
 
 
 
Yo nunca me he mirado en el espejo
 más del tiempo que apenas necesita
 una mujer pendiente de su cita,
 que nada más requiere de un reflejo.
 
 Yo nunca me enteré si estaba viejo
 el polvo que dormía en la mesita
 o si le interesaba a la visita
 el vino, por lo triste o por lo añejo.
 
 El descuido era en mí algo inocente
 ante el amigo que me vio una vez
 en un instante con el rostro preso.
 
 Porque se puede, descuidadamente,
 buscar sobre el espejo en la vejez,
 la marca tibia que ha dejado un beso. 
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Por Yanetsi Pino
Mi madre es una semilla
 dura
 fértil,
 nunca sierva
 nunca necia.
 Las aguas
 donde se esparcen mis huesos,
 medida
 y desorden,
 casa e historia.
 Corona sobre mi cabeza.
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Por Pedro O. Silva
            La nostalgia es el amor perdido del hombre.
                     
                                 Yasik Luaces
 
 Soy Hermes
 antiguo cazador
 vengo a desnudarte  incienso
 no traigo trampas
 maletas
 no traigo más revólver que mis dedos
 más arco que tu lengua
 Dejé mi lanza en los albatros
 y te invoco como estufa sin carne
 Yo desafío la noche con un pedazo de almohada
 vengo de raíces y hambre
 ellos beberán mis nostalgias
 tú perdonarás los alaridos sueltos en tu pelo
 arañarás los lentes con tu boca
 Estoy harto de venados y jabalíes
 los sueños que tiramos al cansancio
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            Para Ivett Orozco
 
 
Bocarriba sobre la hierba perfilo tu rostro.
 Un solo resquicio y me habitan las nubes.
 Tanto como sé de memoria tu cuerpo
 desconozco el suceder de los días.
 Un trazo leve y te estacionas en  mis pupilas.
 ¡¿Dónde beber si no es de tu boca?!
 Bocabajo sobre la hierba me dueles a tierra. 
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Por Ulices Trujillo
Caminaré en tus olas cercenadas,
 Sobre las grietas, aves y caminos
 Y un vientre de tacones asesinos
 Devolverá la luz, las madrugadas.
 
 Ondulantes banderas mutiladas
 Amanecen de nuevo en los balcones
 Y en un grito de guerra los gorriones
 Llenan de vida todas las fachadas.
 
 El árbol triste, el rocío condenado,
 Esta cuidad perdida en su reflejo,
 El tornasol silencio derrocado...
 
 Un zapato que muere en el cortejo,
 Claxon, risas, secreto revelado...
 Y esta canción ahogada en el espejo. 
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